Soñando imposibles, de esos a tu lado.

    ¿Sabes lo que quiero? Quiero verte todos los días, quiero que me quieras. Quiero que me vayas a buscar a la parada y me digas que si me voy contigo al instituto, que me secuestres a la salida y me lleves hasta casa. Quiero que me cojas de la mano cuando voy andando y me plantes un beso. Quiero que me mires hasta que te mire y me sonrías para ver cómo me pongo roja. Quiero que planees ver una película tapados con una manta y comiendo helado. Quiero que me llames simplemente porque tienes ganas de hablar conmigo; que me mandes un mensaje de buenas noches. Que no puedas evitar echarme de menos. Que me quieras tal y como soy. Quiero que me esperes en el sitio de siempre, apoyado donde siempre y sonriendo, hasta que no puedas evitar abrazarme. Quiero que me abraces por detrás y me beses en la mejilla. Que me des la mano mientras andamos. Que me pongas celosa y termines diciendo 'anda, tonta, si sabes que sólo te quiero a ti'. Quiero que me cuentes hasta el detalle más tonto. Que te rías de mis tonterías, que me imites y me piques. Que juguemos a pegarnos; que nos matemos a cosquillas en tu cama, en el sofá, en el parque, andando por la calle, en cualquier parte. Quiero que no puedas evitar pensar en mí cuando escuches canciones de amor. Que pienses en mí tanto como yo pienso en ti. Que me dejes un comentario quilométrico diciéndome cosas que no sea capaz de imaginar que sientes. Quiero que me mandes canciones chorras, que me enseñes vídeos estúpidos, que me cuentes chistes que no tengan gracia. Que me lleves a algún sitio sin decirme dónde y digas que vamos a hacernos fotos. Que me des sorpresas. Quiero que planees cómo sería vivir juntos, y cuántos hijos tendríamos. Quiero que me cuentes cómo las tías intentan ligar contigo, y me digas que no me cambiarías por ninguna. Que vayamos al cine a ver una película de miedo y te rías de lo mal que lo paso. Que rompas cabezas por mí, pero me dejes solucionar mis problemas sola. Quiero que te pongas celoso, y que me beses para marcar territorio. Que me veas llegar a una fiesta con tacones y me mires de arriba abajo, que me levantes por los aires, que me digas que al fin estoy a tu altura. Que intentes buscarme las cosquillas. Que entiendas mis enfados. Que te hagas en indignado y termines besándome cuando veas que me pongo triste. Quiero que te des cuenta de cuando estoy mal y no me preguntes, sino que te dediques a hacer tonterías hasta que se me olvide todo. Que me cuentes tus problemas. Quiero que no te importen mis complejos, miedos e inseguridades; que no te importe esperar. Quiero que te guste que sea una cría. Quiero que me montes encerronas para llevarme con tus amigos, aunque sepas que paso mucha vergüenza. Que me agarres por el instituto para darme un beso simplemente porque me echas de menos y quieres pasar el recreo conmigo.


Quiero que me quieras y me hagas feliz. Quiero echarte de menos porque no te veo, y no porque no te tengo.



'Olvidarme de olvidarte se me da muy bien.'

  Para él sólo eres una más. Para ti sólo existe él. Y ese es el problema. Pero, como dicen, es mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca. Aunque queden recuerdos, y esos recuerdos duelan. ¿Recuerdos de qué? De cada momento, cada risa, cada beso, cada tontería, cada abrazo, cada sonrisa. Aunque eches de menos todos y cada uno de esos momentos. ¿Para qué mentir? Te echo de menos. Mucho. Echo de menos que me digas que me quieres, que me abraces, contarte tonterías y que me mires como si estuviera loca, que te enfades, que me enfades y después me beses, que me llames sólo porque me echas de menos, que te rías de mis divagaciones, que te metas con mi vergüenza. ¿Para qué te voy a mentir? Te sigo queriendo. 'En realidad no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados. Sólo sé que te quiero'. Y sigo pensando en ti las veinticuatro horas del día, siete días a la semana. Sigo buscándote entre la gente. Me sigue encantando verte sonreír. Sigo soñando contigo. Sí, sigo siendo la misma niña tonta ilusionada con cosas imposibles. 'Sigo siendo la misma idiota que te quería, que todavía espera verte sonreír, que todavía espera verse junto a ti'. No sé por qué, si sé que es completamente imposible que me quieras, pero soy así de tonta. Es una especie de 'ni contigo, ni sin ti' raro.



   Aunque hay algo que sí ha cambiado, ¿sabes? Ya no duele no tenerte. Ya no. No sé explicar por qué, supongo que simplemente estoy pasando página poco a poco; pero pasar página, técnicamente, implica dejar de quererte, ¿no? Pues eso no pasa. Es más, juraría que te voy queriendo cada día un poco más. Sin embargo, últimamente echo de menos otras cosas como, por ejemplo, como era todo antes. Cuando hablábamos durante horas. Echo de menos aburrirte con mil tonterías y escuchar cualquier cosa que quisieras decirme. Ayudarte en lo que sea, y pedirte consejo para todo. Confiar en ti; aunque eso es algo que no he dejado ni dejaré de hacer nunca. Pero bueno, qué se le va a hacer.

  Así que bueno, eso es todo. En realidad, creo que no he dicho nada nuevo, pero en fin. Está bien soltar las cosas, escribirlas y quedarse a gusto. Aunque no escribo esto con intención de que lo leas, ni mucho menos. Es más, si pienso que hay alguna posibilidad de que lo puedas leer, me planteo borrarlo todo. No quiero que sientas lástima por mí, ni mucho menos hacerte sentir incómodo o culpable. Ni de coña.

  Y bueno, ahora sí, una última cosa: prefiero mil veces conformarme con ser tu amiga, a perderte para siempre. Pero, ¿sabes? La vida sigue y, sinceramente, prefiero intentar vivirla siendo feliz. Ya sea contigo o sin ti.



El problema es que te quiero.

«No tienes que responder nada. Sólo quería decirte lo mucho que te quiero. Gracias por la sonrisa estúpida que me haces poner cada vez que te veo. Gracias por hacerme feliz sólo con ser como eres.»


Siento no ser perfecta. Siento no ser lo que quieres que sea, ni tan siquiera algo parecido. Siento ser tan complicada, tan diferente, tan rara. Siento ser como soy. Siento no quererte como es debido, como quieres que te quiera, como quieren los demás. Lo que sí te puedo asegurar es que te quiero. A mí manera, sí, que ni se acerca a ser la mejor, pero bueno.

¿Que por qué sé que te quiero? Porque me paso veinticuatro horas al día, siete días a la semana, pensando en ti. Porque me acuerdo de cada puto momento que he pasado a tu lado, de cada conversación que hemos tenido, de cada sonrisa, cada gilipollez. Porque no soy capaz de enfadarme contigo, y si lo hago, según me sonríes se me pasa todo. Porque a pesar de todo y de todos, sé que si me abrazas puedo llegar a ser feliz.

Sé que no me entiendes, que quizá ni siquiera me soportas, y puede que haga ya mucho tiempo que te cansaste de mí. Quizá simplemente eres tan cabezota que no te haces a la idea de no conseguir lo que quieres. Sé que tengo mil dudas, que me paso el día comiéndome la cabeza, que he llorado mil veces sin que tú te enteraras. Sé que no soy más que una cría, y que eso sólo hace todo más difícil. Sé que te aburro. Y también sé que en realidad todo es una puta mierda. Y duele. Bastante. Y es patético. 

Aunque lo patético de todo esto, es que yo esté loca por ti, mientras que tú, en cuanto te canses demasiado y encuentres a otra, te olvidarás de que existo.


«Apareciste así, de repente, y desde entonces todo ha cambiado. Que son ya muchos meses haciéndome sonreír, que sí, que también lloro y tengo miedo, porque tenerte conlleva perderte, pero la felicidad que me provocas compensa todo eso y más. 

Me importa el aquí, y el ahora. ¿Tu pasado? Me da igual, ¿tu futuro? Ojalá sea conmigo. 

No miento si te digo que mi único propósito es hacerte feliz, quererte como nunca he querido a nadie, y quizás, tal vez, algún día consiga que tu me quieras de la misma manera.

Te quiere, tu chica.»






Repíteme otra vez: una eternidad de noches por enloquecer. Pez en esa red, muriendo de sed. Tu mirada al tiempo lo ha podido detener.
  
Yo sólo con ver no sé comprender, dime melodías para que pueda entender. No sé cómo hacer para que de mi lado tú nunca te vallas, y teniéndote en mi vida, para todo tengo agallas.

Reviví para ti. Paré, pero seguí. Yo nunca me rendí. Do, re, fa, sol, la, si. My baby girl, ese vacile era de mí. Y ahora no hay nada que no pueda conseguir. Y lo difícil cuando lo consigues es el mantenerlo, y cada día enamorarte y mantener el fuego eterno.

Eres como el cielo, no te vuelvas el infierno, porque todo lo que hago por ti es amor que llevo dentro.

Por no retroceder, vi como debe ser y lo importante que es el perdonarse. Juntos aprendimos a entendernos, a ver todo el odio del que debemos desprendernos.

Por más que el mundo está podrido, por más que todos miran a su ombligo, puedo mirarte a los ojos mientras te digo 'no sé que haría en mi vida si no estás conmigo'.

My baby girl, sé que saber pero no sé qué más crees que te puedo decir. My baby girl, sé que puedes sentir que no habrá nada que esto pueda destruir.

Me haces volar alto como el cielo, entre tantos besos y caricias por el pelo. Más de mil noches me he pasado mirando al techo como un lelo. A tu lado yo camino sin tocar el suelo.

Si te pienso, me muero. Me llamas, me congelo. Ardo si rozas mi piel y si te vas, me quemo. No tengo freno, tu sonrisa mortal como un veneno. Escupo fuego de queroseno.

Dulce como el aroma del tricoma machadado, eres el primer mordisco del mejor helado. Eres agua en el desierto, el sol que me ha calentado, caramelo, chocolate, la espuma del cola-cao. Eres ansia de la libertad en un mundo de caos. Eres guerras en mi corazón, como en Vietnam y Laos. Cuando te tengo a mi lado, el tiempo queda congelado, tu mirada me mantiene hipnotizado. Me dejaste K.O.

Por no retroceder, vi como debe ser y lo importante que es el perdonarse. Juntos aprendimos a entendernos, a ver todo el odio del que debemos desprendernos.

Por más que el mundo está podrido, por más que todos miran a su ombligo, puedo mirarte a los ojos mientras te digo 'no sé que haría en mi vida si no estás conmigo'.

My baby girl, sé que saber pero no sé qué más crees que te puedo decir. My baby girl, sé que puedes sentir que no habrá nada que esto pueda destruir.

Swan Fyahbwoy.



El teatro de la vida.

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

¡Hey, hey, sonríe! Mas no te escondas detrás de esa sonrisa... Muestra aquello que eres, sin miedo. Existen personas que sueñan con tu sonrisa, así como yo. ¡Vive! ¡Intenta! La vida no pasa de una tentativa. ¡Ama! Ama por encima de todo, ama a todo y a todos. No cierres los ojos a la suciedad del mundo, no ignores el hambre. Olvida la bomba, pero antes haz algo para combatirla, aunque no te sientas capaz.

¡Busca! Busca lo que hay de bueno en todo y todos. No hagas de los defectos una distancia, y sí una aproximación. Acepta la vida, las personas, haz de ellas tu razón de vivir. ¡Entiende! Entiende a las personas que piensan diferente a ti, no las repruebes.

¡Eh! Mira. Mira a tu espalda, cuantos amigos... ¿Ya hiciste a alguien feliz hoy? ¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo? ¡Eh! No corras. ¿Para qué tanta prisa? Corre apenas dentro tuyo. ¡Sueña! Pero no perjudiques a nadie y no transformes tu sueño en fuga. ¡Cree! ¡Espera! Siempre habrá una salida, siempre brillará una estrella. ¡Llora! ¡Lucha! Haz aquello que te gusta, siente lo que hay dentro de ti. Oye, escucha lo que las otras personas tienen que decir, es importante. 

¡Sube! Haz de los obstáculos escalones para aquello que quieres alcanzar, mas no te olvides de aquellos que no consiguieron subir en la escalera de la vida. ¡Descubre! Descubre aquello que es bueno dentro tuyo. Procura por encima de todo ser gente, yo también voy a intentar. ¡Hey, tú! Ahora ve en paz. Yo preciso decirte que te adoro, simplemente porque existes.

El teatro de la vida. C.Chaplin. {Adaptado}

Tienes razones para sonreír.


Es duro ver como han cambiado las cosas. El darte cuenta de que lo que antes esta tu día a día, ahora es lo que echas de menos. Personas,   con   sus  más  y  sus menos,   pero  a  las  que 
querías, pasan a un segundo plano. Gente en la que confiabas te decepciona y, por así decirlo, traiciona. Todos avanzan sin miedo, y tú tienes pánico a todo lo nuevo. Ellos están seguros de las cosas, mientras que tú no eres capaz de decidir ni tu color favorito. Al parecer, tu forma de pensar no es la que tiene el resto del mundo, y hay veces que no entiendes nada. La verdad es que todo es muy complicado. 

Y, para colmo, a todas las cosas que te deprimen ahora se les suman todas aquellas que llevas arrastrando desde hace mucho tiempo. Heridas sin curar. Cuando piensas que has superado algo, otra cosa te deprime y todo lo que en realidad nunca superaste completamente, sólo conseguiste olvidarlo y apartarlo de tu mente, te derrumba. Pero, aunque todo sea complicado, nunca tengas nada claro y puedas pasarte horas llorando, sonríes. 

Sonríes para que nadie te pregunte '¿qué te pasa?' porque prefieres no hablar de ciertas cosas. Sonríes porque, de alguna manera, eres fuerte y tienes que demostrártelo a ti mismo. Sonríes porque sabes que, a pesar de todo, tienes razones para hacerlo.


Sólo son bajones, o eso me gusta creer.

Es esa sensación de no tener ganas de nada. Es ese nudo en la garganta. Son esas lágrimas que acechan. Es sentirte idiota, como si fueras una niña pequeña que llora porque se le ha caído su peluche. Es querer estar sola, para que nadie vea como te derrumbas. Es sentir que no eres fuerte, y que nunca lo has sido, aunque hayas pasado por todo sola. ¿Y por qué? Quizá porque no te dejas ayudar, a lo mejor es tu problema. No lo sabes y tampoco quieres saberlo. Simplemente tienes miedo. Miedo a que te fallen, a que te hagan daño, a que te engañen, como siempre. Miedo a perder a quien quieres. Miedo a estropearlo todo. ¿Y por qué? Porque piensas que no eres suficiente, que no vales una mierda, que nadie puede quererte.

Tienes mil complejos, quizá para los demás sean tonterías, pero tú te miras al espejo y te das asco. Tienes mil inseguridades, basadas en los putos complejos. Y tienes mil lágrimas acumuladas. No dejas que nadie te vea llorar, para no sentirte vulnerable. No hablas con nadie, porque nunca llegas a confiar de verdad en alguien. Tienes twitter. Y aun así cada vez que te da un bajón y te desahogas, sientes que todo el mundo está pensando que vas de víctima, que es mentira, que eres subnormal. Y quizá sea así, pero ya te da igual.

Es miedo e inseguridad. Y es una putada. No te ves capaz de hacer nada bien, de que nadie te quiera de verdad. Y es que cuando parece que todo va bien, que eres feliz, que te sientes bien, pasa algo y se jode todo. Y otra vez la misma historia de siempre. Intentas convencerte a ti misma de que no pasa nada, te distraes tú sola, para no pensar en lo que te hace llorar.

Te apoyas en algunas personas que te hacen sentir bien, como si te quisieran de verdad. Quizá incluso sea cierto, pero no te lo crees. Y aun así, intentas creértelo, porque sientes bien cuando te abrazan, te hacen sonreír cuando estás triste y parece que te quieres. Aunque luego llegue alguien y lo joda todo, intentas hacer como que todo te resbala y a veces parece que lo consigues.