Ya no te dan miedo las tormentas.

En medio de la noche, el cielo se ilumina blanco unos segundos, para dejar paso al más inmenso silencio... Cuando todo parece en calma, un estruendo parece amenzar con romper el mundo. Sientes miedo. Escuchas llover, pero no lo ves. Otra vez el cielo se ilumina, piensas que vas a morir. Y de nuevo ese sonido, que te encoge el corazón y te provoca un escalofrío.
Se está formando una tormenta... Y eres pequeña. Otro trueno, más miedo. Te tiembla el cuerpo. Vuelve a tronar, tu casa tiembla, tú gritas y te encoges. Terminas escondida bajo las sábanas, como si de una tienda de campaña se tratara. Tienes miedo de salir, de haya algo en tu habitación. Cada estruendo hace que te abraces las piernas con fuerza y las lágrimas caigan por tus mejillas, asustada...

Entonces llega tú madre, a consolarte, como siempre. Te abraza fuerte, se esconde junto a ti, para que sepas que no estás sola. Y te clama, te explica lo que ocurre, hace que pienses que es un simple juego. Tu madre te entiende, sabe que eres una niña, te ayuda a crecer, tiene paciencia. Ya no sientes miedo, o al menos no tanto; aunque cada vez que el cielo oscuro se ilumina, un escalofrío recorre tu cuerpo, te estremece. La tormenta pasa, y tú te sientes fuerte, por haber podido con ella. La has ganado.

En medio de la tarde, aunque el cielo ya sea oscuro como ya entrada la noche, caminas por la calle. Te lo estás pasando bien con tus amigos. De repente, en medio de la oscuridad, tan solo iluminada por las farolas de la calle, algo hace brillar el cielo, que se vuelve blanco durante menos de un segundo. Gritas, te agarras a la persona que más cerca tienes, buscas cobijo... Esa persona te recoge en sus brazos. Tras el más inmenso silencio, parece estar a punto de romperse la Tierra. Nuevamente gritas, y te refugias en los brazos de esa persona que te está cuidando. Os reis todos de la situación: ¿Quién tiene miedo a una tormenta?

Ha comenzado a llover, llueve a cántaros. No teneis abrigo, la tarde se tornaba soleada. Corres, todavía de la mano de esa persona que te ha cuidado. Tus amigos se van a su casa, tú sigues con él. Él te ha acogido entre sus brazos, te ha tranquilizado. Caminais bajo la lluvia, seguís de la mano. El cielo se ilumina. Un trueno resuena. Esta vez no gritas, sólo buscas el abrigo de sus brazos. No te importa que esteis mojados, ¡qué más da!
 
Él te separa de su cuerpo, te mira a los ojos y te dice que sólo es un juego, que debéis ganar a la tormenta. Te recuerda a tu madre. Volvéis a correr, sin soltaros, sin parar de reír. Ya no importa la lluvia, ya no importa que toda tu ropa esté calada, ahora te sientes bien. No sabes muy bien por qué, pero estás agusto, te sientes protegida. Otro relámago, otro trueno. Nuevamente buscas su refugio. Pero encuentras otra cosa, él te besa. Tú no le apartas, no quieres que se aparte. Quizá no te habías dado cuenta, pero le quieres. Mucho. No sólo como amigo.

Vuelve a tronar. Mas ya no sientes miedo. Entonces es cuando comprendes que cualquier persona que pasa por nuestra vida, cualquier situación que ocurre, la cambia. Entonces te das cuenta de que has crecido. Quizá hasta madurado.


Y, sobretodo...



Ya no te dan miedo las tormentas.

Vives en un cuento de hadas.

Todas somos princesas. Desde que nacemos hasta que morimos. Somos princesas en todo nuestro ser. Hasta la mujer más mala del universo, hasta esa chica que parece no sentir ni padecer. Somos princesas.


Nunca lo olvides, porque es algo muy bonito. Forma parte de tu ser, eres tú. Eres una princesa. Cuando somos pequeñas, nos pintan a las princesas como seres superiores, perfectas, que no sufren y siempre viven en un cuento de hadas. No es cierto. Toda princesa puede tener un mal momento. Pero cuando esa princesa está mal, cuando llora, no siempre hay un príncipe que la consuele. Y no debe buscarlo, ni estar triste porque no existe o todavía no lo ha encontrado. Porque, ¿qué son los príncipes? Al fin y al cabo, ranas. Por esa razón, cuando una princesa está triste, jamás debe sentirse sola. Tiene más princesas que están a su lado. Y la apoyan, y la limpiarán las lágrimas, y la abrazarán como sólo las princesas saben hacerlo. Toda princesa comete errores, no somos perfectas. La perfección no existe, pero la imperfección es perfecta. Mas de los errores se aprende. Los errores se superan, hacen que las princesas crezcan, maduren, se hagan más fuertes. Cuando nuestros padres nos leían antes de dormir sobre esos mundos de ensueño, nuestras espectativas para la vida eran simples: queríamos lo que esas princesas tenían. Nos hacíamos tantas ilusiones, que al bajar al mundo real según crecíamos llegábamos a pensar que no conseguiríamos jamás ser princesas. Pero ya lo somos, nacemos princesas. No, no vivimos las mismas fantasías que en los cuentos, sino que es aún mejor, porque podemos convertir nuestras vidas en nuestros propios cuentos de hadas. Sin que sean perfectos, con sus inconvenientes. Pero nuestros. Cada uno es diferente. Cada princesa es un mundo, en el mundo hay muchas princesas.

Cuando somos pequeñas, todos los cuentos hablan de princesas que encuentran a su príncipe perfecto. Nosotras soñamos, fantaseamos con ser pequeñas princesitas, vivimos ilusionadas esperando nuestro príncipe. Incluso, si es necesario besar ranas, las besamos. Si creémos haber encontrado al príncipe, lo dejamos todo. Nos sentimos como en un cuento de hadas, volvemos a creérnos que somos esas princesas de las que tanto oíamos hablar de pequeñas. Pero los príncipes fallan. Tan pronto son perfectos, como se convierten en ranas. Y una princesa jamás está sola, porque entre princesas nos apoyamos. Las princesas unidas pueden mover el mundo.

No pretendas ser perfecta, no intentes no sufrir. Si tienes que llorar, llora. Cuando necesites un abrazo, no hará falta que lo pidas, porque las princesas se entienden y siempre tendrás ese apoyo, ese cariño, ese amor de hermanas. De princesas. Nunca olvides sonreir. Las sonrisas son lo más bonito, no debes renunciar a ellas. Y la sonrisa de una princesa, es radiante, brillante, perfecta. Sobretodo porque son reflejos del alma, porque muestran felicidad, amor, cariño. Tanto como sólo las princesas saben dar. Nunca sabes lo que puede probocar tu sonrisa en otra persona. Quizá le infunda valor, quizá le haga sentirse querido, quizá se enamore... Quizá pasen muchas cosas. Que sólo las princesas consiguen.




Vive, vive como toda princesa merece vivir. No te pares, no detengas tu camino. Si te caes, levántate, porque somos princesas, pero no somos de cristal. Quizá nuestros zapatos puedan serlo, pero ¿para qué? No son prácticos, se romperían y nos harían daño. Sí, somos princesas. No me cansaré de repetirlo. Pero no las princesas de los cuentos, sino de carne y hueso. Vivimos en el mundo real, no en un cuento de hadas. Pero podemos convertir nuestras vidas en cuentos. En el mundo perfecto, sin necesitad de unicornios o arcoiris. Sólo con felicidad, amor y amistad. Sentirse querido, vivir en un mundo que te gusta. Aunque ese mundo a veces te falle y no sea tal y como lo deseas, da igual, nada es perfecto ni eterno, simplemente tenemos que caminar tras nuestro sueño.


Quizá nunca llegues a creértelo, quizá no seas capaz de comprenderlo, pero es así. Aunque vistamos arapos, aunque juguemos con la lluvia o nos manchemos con el barro. Aunque lloremos, aunque suframos. Aunque no siempre seamos buenas, aunque nos hagan daño...



... nunca lo olvides, todas somos princesas, y no dejes que nadie te diga lo contrario.

Quisieras, pero no puedes.

 8 de Mayo de 2011. Soñando despierta, con él.

Quisiera gritar a los cuatro vientos que le quiero sólo para mi. Quisiera poder abrazarle cada vez que le veo. Quisiera tener la seguridad de que cada una de mis sonrisas con sólo verle, se ven reflejadas en sus ojos.

Quisiera que me atrajera hacia su cuerpo y me besara. Así, sin más. Quisiera confesarle que ocupa mi mente en cada momento del día. Quisiera encontrar una canción que me recuerde sólo a él. Quisiera que me dedicara esa canción. Esa canción que parece lo más bonito del mundo...


Quisiera poder decirla que es mío. Y sólo mío. Quisiera que por una vez me ocurrieran esas situaciones de mundo de fantasía. Quisiera bailar con él. Quisiera descubrir un mundo nuevo a su lado... Quisiera comportarme con él como con el resto del mundo.Quisiera gritar a los cuatro vientos que le quiero sólo para mi.
Quisiera...




 ... pero no puedo .

Es tan sólo una ilusión.

Quizá sea la primavera, pero ese chico me tiene loca.

No me digas que es amor, porque no te voy a creer. Enamorarse no es tan fácil, así que no confundas sentimientos. Bien cierto es que algo tan sencillo como un sentimiento, puede ser tan difícil como saber lo que sientes. Pero no, no es el caso. Le quiero, es cierto, pero no le amo. Son cosas distintas, que todo el mundo suele confundir con mucha frecuencia...Que le quiero es algo claro, igual que quiero a un amigo. Pero sólo en cierto modo, ya que esto es más complicado. Es diferente, distinto, mejor o peor. Según por donde se mire. 

Arrepentirse es algo fácil, eso sí que es fácil. Sale solo. Algo de lo que crees estar segura... Que luego resulta que desearías haberlo hecho. Pero eso no importa. Llega un momento en que te es indiferente. Cuando con sólo verle sonríes, cuando te gustaría pasar las horas muertas con él. Cuando tu mente sólo se centra en esa persona, aunque piense tonterías. Cuando le buscas inconscientemente con la mirada, y con saber que está ahí, ya eres feliz. Cuando te parece que todo es bonito tal y como está.

Pero entonces surge la duda: ¿Y que habría pasado si...? Típica duda. Y piensas que por miedo a lo desconocido, quizás, has perdido algo que podría haber sido genial. No sirve para nada. Lo único que consigues es pensar en el pasado, estancarte. Centrarte en lo que no has hecho y lo que no ha pasado. Que probablemente no habría pasado igualmente, pero eso jamás lo sabes. La duda queda. Lo que importa es el presente. El tiempo pasa, las cosas cambian, las personas desaparecen, llegan o vuelven. Según quién sea. Son cosas que hay que afrontar. Saber vivir con ellas.

Cuando lo haces si que te parece todo precioso. Como vivir en un cuento de hadas. Aunque sepas que siempre será igual, que esos sueños, fantasías o ilusiones se quedarán en eso. En ilusiones. ¿Pero sabes qué? De ilusiones se vive. Y bastante bien, además. Bien es cierto que con el paso del tiempo te cansas de que la ilusión sea sólo eso. Una ilusión. Pero ya pasará. Y cuando pase habrá pasado.

Quizá sea un razonamiento tonto, pero es mejor vivir el momento. Porque si te centras en que nada sucederá, tu pequeño mundo feliz deja de serlo. Todo te parece gris, como si vivieras en un drama en blanco y negro. Sin embargo, si decides ser feliz con lo que tienes, él será lo que le de color a tu mundo, aunque no haya nada. Aunque no estés enamorada. Da igual.

Él. Él y tus amigos. Y eso es todo... Simplemente guíate por tus sentimientos, sé feliz y disfruta el momento. Y diviértete. Por encima de todo, diviértete. No importa si te arrepientes de algo, pasa página. Se puede hacer. Hasta del pozo más hondo se puede salir. Pero hay que querer.

Y, cuando sin querer, le mires y sonrías, no pienses en lo que será, lo que podría ser y no es... No. Tan sólo sonríe y sigue viviendo. Porque...
...es tan solo una ilusión.

Dedicado a una de las mejores personas que conozco, Ana Jimenez Melero.


¿Nuestra historia? Nuestra historia es muy larga, casi ni recuerdo donde empieza... Pero si te puedo asegurar que desde el principio supe que serías especial. Y me lo has demostrado con el tiempo.
¿Un foro? No, mi segundo foro, si somos exactos. Ahí nos conocimos, y desde entonces no nos hemos separado. Las dos olvidamos los foros, pero seguíamos en contacto. En todas las cosas existentes, en todas nos agregamos. Y así comenzó todo. No sé explicarlo, no tengo palabras para definirlo, todo pasó muy rápido, ni siquiera me acuerdo...
Te hiciste mi consejera. Yo era tu pequeña gran personita consejera. Eso sí lo recuerdo... La verdad, me hacía gracia. El principio no lo entendía, no terminaba de comprender como iba a ser amiga de alguien a quien no había visto nunca... Pero me demostraste que se podía. Entonces comprendí que podía llegar a querer más a personas que sólo conocía através de un ordenador que a la gente que veía todos los días.
Sí, me lo enseñarse tú. Como tantas otras cosas... Tú me animaste a escribir, quizá sin darte cuenta. Tú me enseñaste a afrontar la realidad, a plantar cara a las cosas. Tú me apoyaste cuando más te necesitaba, tú estubiste siempre ahí para mí, igual que yo para tí. Hablar contigo es... indescriptible. Tú sabes todo de mi, y sino todo, casitodo. Tú me ayudas en todo, tú sabes como hacerme entrar en razón. Y me levantas el ánimo cuando nadie puede hacerlo. Tú, tú y tú.
Sí, todo esto es muy meloso, todo es muy pasteloso y empalagoso, pero esque me falta vida para darte las gracias por todo lo que has echo por mí, para decirte todo lo que te quiero. Y aunque jamás lleguemos a vernos, seguirás siendo de las personas más importandes de mi vida. Y esque... ¿Recuerdas eso de: "las distancias a veces parecen un impedimento, pero no importa cuando tienes que felicitar a alguien a quien quieres tanto"? Yo sí.
 

Me has visto cambiar, me has ayudado a crecer, porque desde que nos conocimos he crecido, y no sólo físicamente. Y hoy me has ayudado más de lo que piensas, porque esas palabras filosóficas... Han sido increíbles.
¿Que más decirte? Creo que ya lo sabes todo... Simplemente añadiré una cosa:





Tata, te quiero.

No olvidar su día especial.

 Volví a permitirme pensar en él. Incluso dejé de ignorar por un momento que día era.
 
¿Qué es de ti? No lo sé. ¿Piensas en mí? Nunca lo sabré. ¿Aun me quieres? Quiero pensar que sí. ¿Te arrepientes? Imagino que será así... ¿Has cambiado? Rezo porque alguien me diga que sí.
Y sé que es tu día, que es tu cumpleaños. Sé cuantos años cumples, no me he olvidado. Y llevo una sema recordándolo, recordando que día fue ayer, recordando que día es hoy. Pero no puedo hacer nada para cambiar la situación. Tú nos llevaste a esto, ahora no hay vuelta atrás...
No sé si habrás cambiado pero yo sí, ahora puedo decir que te quiero, me permito pensar en ti sin llorar... Sólo quiero recordar esa época en la que no existía nada más que un "te quiero" y lo he conseguido.
Te guardo reencor, no lo puedo negar. No sería capaz de abrazarte, de mirarte a la cara; te vería con otros ojos. Cada recuerdo cambió y mi miente lo trangiversó al saber esa verdad... Pero ahora me da igual, ahora que no estás sólo te quiero recordar. 
Recordar las cosas buenas, las que ahora ya no me duelen. Expresarme ahora y no volver a pensar en ti en todo el día... Pero no en toda la vida, porque eso no lo puedo hacer. Lo he intentado, y no me ha resultado posible.

Jamás leerás esto, jamás sabrás mis sentimientos... Y aun así me da igual, y es que yo jamás sabré los tuyos. Pero poder decirlo ahora, aquí, a todos y a nadie en concreto... hace que me sienta mejor. Por eso no me pienso callar.


Feliz cumpleaños, papá.

Permitirte pensar de nuevo en él.

No hay nada mejor dicho que "el paso del tiempo cura las heridas".

No puedo evitar pensar en ti, mi mente siempre corre hacía donde tu estás, aunque no sepa dónde es... Pero ahora sé la forma de no llorar, ahora sé como recordarte. He comprendido que recordando esos días, en los que todo parecía negro y ningún Sol iluminaba mi oscuridad, no consigo nada... Por eso he cambiado mi forma de pensar, por eso ahora cuando consigues ocupar mi mente... voy a los buenos recuerdos y sonrío.
Todo ese tiempo que pasamos, todos los años de mi vida y todos los buenos momentos, incluso ignoro las peleas... Cuando he visto que no me queda nada de ti, he conseguido quedarme con eso. Y ahora, no como antes, puedo afirmarlo. Ahora no te odio, ahora no te guardo casi reencor...
Puedo decir que te quiero.

Necesitar un abrazo y sentirlo tan lejos.

Si te siente mal y sola... Necesitas a tu mejor amiga. Estar lejos de ella no ayuda.


Sólo tú sabías cómo calmarme y hacerme entender que todo tenía un por qué. Sólo tú sabías cómo abrazarme para que sintiera que me querías. Sólo tú sabías cómo era de verdad, sin tapaderas o escudos.
Y ahora te necesito. Necesito abrazarte y decirte lo que siento. Porque todo es una mierda y sin ti no se afrontarlo. Qué no puedo ser yo misma, ni me dejan oportunidad... La gente juzga sin saber y sólo tú sabes cómo me jode eso.
Quiero llorar, pero si empiezo no podré parar. Se me están acumulando tantas cosas que no puedo con todas, te lo digo en serio... Porque se acerca el día del padre; porque se acerca su cumpleaños, sí, el suyo; porque os echo de menos; porque no aguanto más.

Normalmente en una de nuestras charlas te lo contaría todo, seguramente terminaríamos abrazadas y yo lucharía por no llorar. Pero ahora no estás aqui, bueno yo no estoy allí. Quiero volver, dar marcha atrás y hacer como si nada hubiera pasado...

Historia de un sueño.

Escribir una carta, sin estar siquiera enamorada... Tan sólo para imaginar una historia bonita.

 
Hoy he soñado contigo. He visto tus ojos, lus labios, la forma de tu cara... Te he visto a tí. Te acercabas a mi con paso lento pero decidido, mirandome directamente a los ojos. Te has quedado a escasos milimetros de mí. Tu cuerpo ha rozado el mío y has tomado mi mano susurrandome al oído:

— Confía en mí.

Y lo he hecho. Sin dejar de mirar tus ojos me has guiado por un camino. En escasos minutos de completo silencio y solo una intensa mirada, he empezado a pisar arena. Me he dado cuenta de que íbamos descalzos. Andar descalza por la arena ha sido genial. Me has soltado la mano, mas yo he seguido andando. He visto el mar y me ha imnotizado. Al llegar a la orilla y sentir el agua he sonreido. Entonces ha comenzado a atardecer. En ese momento he sentido tus brazos al rodearme por detrás. Tu respiración en mi cabeza y el calor de tu cuerpo. Me ha encantado. Cuando apenas quedaban unos rayos de Sol me he girado y te he abrazado. En cierto momento, me has separado de tu cuerpo y has contemplado mis ojos con detenimiento. No sé que habrás visto en ellos, pero te has acercado lentamente a mí. Escasos centímetros. Sólo eso. Unos centímetros para besarte. He sentido una mano en la nuca y otra en la cintura. He subido mis manos a tu cuello. Y me has besado. Con ternura y cariño tus labios se han fundido en un dulce beso con los míos. Me he alzado sobre las puntas de los pies para quedar un poco más a tu altura. Y el beso ha continuado. Pero tú has decidido cortarlo. Y yo no he podido evitarlo. Al separarnos nuestras respiraciones estaban entrecortadas. Frente con frente hemos recuperado el aliento. He escondido la cabeza en tu pecho, sonrojada. Tú has acercado tus labios a mi oído.

— Te quiero.

Has dicho con apenas un susurro. Un estremecimiento ha recorrido mi cuerpo. Y he sonreido complacida. Me he vuelto a alzar sobre las puntas de mis pies y te he besado.

— Te amo.

He contestado. Tu has tomado mi mano y sin pensármelo dos veces te he seguido. Te has girado y me has dedicado una sonrisa, con los ojos cargados de amor. Y yo te la he devuelto. No sé dónde me llevabas, pero no me importa. Te seguiría al fin del mundo, si fuera necesario. Porque hoy me he dado cuenta de que para mí lo eres todo. No un simple amor, no un juego de adolescentes. Siento que eres tú, y sólo tú el que me puede hacer feliz. Ya lo has conseguido. Por eso soy toda tuya. En cuerpo y alma. Para tí.

Ha sonado el despertador. Y me he dado cuenta de que tan solo era un sueño. Que no estabas junto a mí. Y una lágrima a recorrido mi cara lentamente. He ido al instituto, yo con mis amigos, tu con los tuyos. Estaba feliz, riendo. Entonces he oido tu voz y me he girado. Allí estabas, alejado, con tu grupo de amigos, tan opuestos al mío. Mas me estabas mirando. Me has mirado con amor. No he sabido como reaccionar y me he girado nerviosa. Ha sonado el timbre. Me he entretenido al entrar, siendo la última de la marabunda de gente. Estaba pensando en tí. Me he asustado cuando alguien a tomado mi mano y me ha girado bruscamente. He terminado cobijada en tu pecho. Me he separado y tú me has besado.

— Hacía tanto que deseaba hacer esto...

Has susurrado. Yo me he reido y te he abrazado. Todavía no consigo creerlo. No asimilo lo ocurrido. Tú, el chico perfecto, popular y que me odia... Me amas. Quizá las cosas no son como aparentan, ya que por tu comportamiento te odiaba... Ahora te amo. Como a nada en el mundo. No me importa una guerra, una explosión. No me separaré de tí.

Tú lo eres todo para mí.
Feliz San Valentín.

Sentirte sola, lejos de tu vida.

Buscaba el lado positivo, hasta en haber tenido que dejar mi vida atrás.

¿Recuerdas esa frase, "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"? Completamente cierta. Y esque, aunque sé que no os he perdido, la distancia hace que aprecie más todos vuestros detalles. Son cosas que salen solas, con el tiempo me doy cuenta. Todo me recuerda a vosotros, nada me parece tan bueno. Cada cosa que veo, cada persona que conozco me hace saber que sois lo mejor que me ha pasado en la vida. Gracias a vosotros ahora soy quien soy, sin vosotros no seria nada. Porque mis amigos me han fallado, todo parecía derrumbarse sobre mí; y ahi estabais, listos para levantarme. El tiempo quiso que nos conocieramos y eso hicimos. Hemos necesitado un año para querernos, pero ahora nadie puede negar que solo somos uno; uno muy unido.

A veces, como el primer día en que me marché, despierto pensando que sigo allí. —Que me ducharé, me vestiré, desayunaré y saldré hacia tú casa. Entonces correremos al instituto, ya que siempre vamos tarde. Allí repartiré abrazos y besos, sentiré las miradas de la gente con la que comparto odio mutuo. Sonará el timbre y entraré a clase, con todos vosotros; el día será genial, como siempre. Alguna pelea, muchas risas, piques... La rutina. Cada profesor tiene sus cosas, cada uno se hace de querer... Sonará el timbre y caminaré a tu lado hasta la cafetería, donde en una gran mesa todos nos reunimos y reimos. Pasaremos así el recreo, hablando con gente. Quizá hoy se monte una movida de las nuestras... Alomejor nos da por salir afuera, a disfrutar del Sol y gritar "¡movida!" para que todos hagan un corro y se una gente... Pero aun así sé que todo será genial. Porque estoy con vosotros, en mi sitio —.

Entonces abro los ojos, tras apagar el despertador y me doy cuenta de que ya no estoy allí. Y que no volveré a estarlo. Que todas esas cosas, nuestro día a día jamás volverá a existir. Y me entristezco. No puedo evitarlo. Pero lo llevo bien. Siguiendo la nueva rutina afronto un nuevo día, pero sigo sin sentir que estoy en mi lugar... Nada es igual, la gente es muy distinta.

Entonces algo me recuerda a tí y sonrío. Porque eres la persona más importante para mí. Y sé que al llegar a casa podré hablar contigo y saber que sigues ahí, que me quieres a distancia. Eso me gusta. Sabes que eres importante para mí. Pero entonces quedamos. Nos vemos, nos abrazamos y recordamos viejos tiempos. Y la tarde pasa y es como si nada hubiera cambiado. Como si jamás nos hubieran separado. Es genial, saber que ahora nos queremos más.

Y al volver a mi casa no puedo evitar pensar que pararé frente a mi calle, y entonces me doy cuenta de que mi casa está mucho más lejos y sonrío.¿Por qué? Porque he podido comprobar que por mucha distancia que haya, sois lo mejor que me ha pasado y no os alejais. Es genial saber que estais ahi, os necesito sobremanera. Y os quiero mucho más. Sois especiales. Sois únicos. Y saber que seguis ahí, con vuestros defectos y virtudes, listos para ayudarme y que os ayude. Para abrazarnos y pasarnoslo genial como antes. Eso me hace ser fuerte.
La vida me ha fallado muchas veces, he aprendido a no confiar en la gente, pero vosotros me habeis enseñado que mereceis mi confianza. El tiempo nos ha unido, nada nos separará. Os quiero como a nadie. No lo debeis dudar.

Pareces fuerte, pero sientes pánico.

Cuando sabes que tu vida cambiará, y el sendero te llevará por un camino diferente al que van tus amigos.


Tengo ganas de reiz, de correr y saltar; tengo ganas de encerrarme, tumbarme y solo llorar. Estoy emocionada y muy ilusionada; estoy sin fuerzas y desilusionada. Solo quiero alejarme, empezar de nuevo y crearme otra vida diferente; solo quiero abrazaros, no solaros nunca y teneros a mi lado para siempre. Sé que no hay vuelta atrás, y me gusta; sé que no hay vuelta atrás y lo odio. Lo entiendo todo y no entiendo nada. No sé que ocurrirá, y eso me da miedo, pero las cosas cambian, la vida pasa. Y mi vida está cambiando. Hay que aceptarlo.


Tengo un cúmulo de emociones que ni yo  misma comprendo, tengo un lío de pensamientos que me vuelven loca. Sé que ya no hay vuelta atrás, se que está hecho y ya no cambiará; pero me da miedo, tengo pánico a lo que pasará. No sé como irá todo, pero se que lo conseguiré. Sé que me haré otra vida, y que la haré bien; sé que os tendré conmigo y jamás os olvidaré.

Y quiero que tengais algo claro: las amistades de verdad jamás se pierden. Y la nuestra no se perderá, porque os quiero, porque os amo, porque os adoro y sois mi todo. Nos tenemos que hacer a esto y sé que lo conseguiremos, porque somos fuertes y nos queremos. Quiero que os vaya bien, que no nos distanciemos; quiero que seamos uno, un todo cuando no queda nada.

Porque nuestra amistad llegará lejos, porque nos queremos y necesitamos... Porque nunca olvidaré el momento en que nuestros caminos se unieron. Porque ahora sé que desde el primer momento estábamos destinados a ser amigos, a ser hermanos. Porque los momentos que hemos pasado juntos no tienen precio. Porque nuestras conversaciones, peleas, risas y cada momento son especiales, solo por ser nuestro.

Porque sois vosotros, porque sois especiales. Porque nada cambiará. Porque separados somos especiales, pero juntos inolvidables. Por esto solo diré una cosa... Forever and Ever.
Aunque os parezca mentira, estoy segura de que todo irá a mejor, que el 2011 va a ser mi año y nuestra amistad estará mucho más unida; porque rompe murallas y espacios.


Se te cae el mundo encima.

Meses después de que mi vida cambiara.


¿Por qué tiene que ser tan difícil olvidar? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti?

A veces me pongo a pensar y me pregunto como estarás, si me echarás tanto de menos como yo te añoro a ti de vez en cuando. No puedo evitar recordar el momento en que me enteré, cuando supe que todo había sido una gran mentira, que no eras el hombre al que tanto había querido, y sigo queriendo. Entonces me alegro de no volver a verte.

No entiendo porque tienen que ser así las cosas, por que no podías haber sido normal, el hombre que te creía ser. Te echo de menos, ¿lo sabes? Y me entristece imaginarte cuando te lo contaron, pensar que llorarías, imaginar lo que hiciste. Lo que me mata saber es si has cambiado, si el sufrimiento causado te ha servido de algo. O si todas mis lágrimas han quedado en el olvido, y sigues siendo el mismo.
Te odio, te odio con toda mi alma. El problema es que te quiero, te sigo queriendo y no entiendo por qué. Me hiciste daño, me rompiste el corazón y eso no lo puedes arreglar. No te volveré a ver nunca, y nada puedes hacer para cambiarlo. Recuerdo exactamente como paso todo. Y, por el contrario, me cuesta recordar los buenos momentos. Una vida entera puede reducirse a tres únicos días, los peores de mi vida. En los que todo cambió, en los que supe que jamás volverías a ser la persona maravillosa de mis pensamientos. Ahora, cuando huelo el perfume que solías usar, me estremezco, tengo miedo de que estés ahí. Cuando sueño contigo, siempre es una pesadilla, y despierto asustada.

Cuando ese telefono no conocido me llama, tengo miedo de que seas tu, que intentes ponerte en contacto conmigo; porque los dos sabemos lo que pasará si lo haces y lo que sufriré si pasa. Siempre has tenido tus defectos, más que virtudes, para que negarlo, pero te quería y estoy segura que tu a mi también.

Me duele pensar lo que puedes hacer, si intentarás terminar con tu vida en algún momento, si estarás deprimido. Te pido por favor que no lo hagas. Te ruego que seas feliz, que disfrutes la vida, pero que dejes de hacer lo que hacías. Y si sigues haciéndolo, que no vaya a más, por favor. Si fuera por mi, no volverías a hacerlo, jamás lo volverías a ver, pero claro, es solo cosa tuya, yo ya nada contigo tengo que ver. Lo que más me duele es saber que todo esto que estoy escribiendo, todos los sentimientos que estoy sacando a la luz, nunca lo leerás, nunca los sabrás. Y que las lágrimas que sobre el teclado están cayendo, que el nudo existente en mi garganta cada vez que te pienso formarán parte de mí para siempre, aunque yo no lo quiera.

Puede que escribir mis sentimientos, pensando que los vas a leer me calme. Aunque siento que solo me sirve para remover el pasado, para no olvidarte, para sufrir. En cierto modo no te quiero olvidar, nunca. Pero tengo que pasar página, volver a ser yo. No puedo vivir anclada en tu recuerdo, y estar triste cada vez que te pienso. No puedo, ¡no quiero! Solo quiero recordar los buenos momentos, los días felices en que para mí eras el mejor. Te juro que no te olvidaré, pero no quiero sentir este nudo en la garganta más, no quiero llorar más por ti. No quiero.

Volveré al mundo real. Ahora seré Carla, y solo Carla. Voy a vivir la vida, y lo haré por mí. Solo te pido que hagas dos cosas por mí, y espero que sea verdad: se feliz y no lo hagas. Te odio por ser lo que eres, te odio porque te guste eso. Por eso te pido que pares.Me despido con el corazón en la mano, mostrándote todo mi amor. Se que jamás sabrás de la existencia de esta carta, porque no tengo intención de que la leas. Pero me he deshaogado y ahora me siento mejor.
Te quiero, o eso creo.
Carla.