'Olvidarme de olvidarte se me da muy bien.'

  Para él sólo eres una más. Para ti sólo existe él. Y ese es el problema. Pero, como dicen, es mejor haber amado y perdido que no haber amado nunca. Aunque queden recuerdos, y esos recuerdos duelan. ¿Recuerdos de qué? De cada momento, cada risa, cada beso, cada tontería, cada abrazo, cada sonrisa. Aunque eches de menos todos y cada uno de esos momentos. ¿Para qué mentir? Te echo de menos. Mucho. Echo de menos que me digas que me quieres, que me abraces, contarte tonterías y que me mires como si estuviera loca, que te enfades, que me enfades y después me beses, que me llames sólo porque me echas de menos, que te rías de mis divagaciones, que te metas con mi vergüenza. ¿Para qué te voy a mentir? Te sigo queriendo. 'En realidad no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados. Sólo sé que te quiero'. Y sigo pensando en ti las veinticuatro horas del día, siete días a la semana. Sigo buscándote entre la gente. Me sigue encantando verte sonreír. Sigo soñando contigo. Sí, sigo siendo la misma niña tonta ilusionada con cosas imposibles. 'Sigo siendo la misma idiota que te quería, que todavía espera verte sonreír, que todavía espera verse junto a ti'. No sé por qué, si sé que es completamente imposible que me quieras, pero soy así de tonta. Es una especie de 'ni contigo, ni sin ti' raro.



   Aunque hay algo que sí ha cambiado, ¿sabes? Ya no duele no tenerte. Ya no. No sé explicar por qué, supongo que simplemente estoy pasando página poco a poco; pero pasar página, técnicamente, implica dejar de quererte, ¿no? Pues eso no pasa. Es más, juraría que te voy queriendo cada día un poco más. Sin embargo, últimamente echo de menos otras cosas como, por ejemplo, como era todo antes. Cuando hablábamos durante horas. Echo de menos aburrirte con mil tonterías y escuchar cualquier cosa que quisieras decirme. Ayudarte en lo que sea, y pedirte consejo para todo. Confiar en ti; aunque eso es algo que no he dejado ni dejaré de hacer nunca. Pero bueno, qué se le va a hacer.

  Así que bueno, eso es todo. En realidad, creo que no he dicho nada nuevo, pero en fin. Está bien soltar las cosas, escribirlas y quedarse a gusto. Aunque no escribo esto con intención de que lo leas, ni mucho menos. Es más, si pienso que hay alguna posibilidad de que lo puedas leer, me planteo borrarlo todo. No quiero que sientas lástima por mí, ni mucho menos hacerte sentir incómodo o culpable. Ni de coña.

  Y bueno, ahora sí, una última cosa: prefiero mil veces conformarme con ser tu amiga, a perderte para siempre. Pero, ¿sabes? La vida sigue y, sinceramente, prefiero intentar vivirla siendo feliz. Ya sea contigo o sin ti.