Nadie dijo que vivir fuera fácil.




A veces cuesta sonreír. A veces sientes que no merece la pena seguir luchando por ser feliz. A veces te ahoga la impotencia y piensas que no merece la pena continuar.

Entonces, después de cansarte de llorar, te das cuenta de que tienes que seguir adelante; que en esta vida todo son errores y pruebas. Por muchas veces que te caigas, debes levantarte, aunque tenas que hacerlo solo, porque si no lo haces tú, nadie lo va a hacer por ti.

No se trata de que finjas ser feliz, tampoco de que te hundas a ti mismo recordándote cada día por lo que no consigues estar bien. Se trata de que tengas fe, esperanza y ganas de seguir viviendo. 

Todo pasa y todo sigue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario